Sandra: "Estaba tan insegura que ni siquiera dejaba que mi novio me viera los muslos descubiertos".

Sandra recuerda que tenía celulitis en los muslos desde que era adolescente. La piel de naranja se hizo más pronunciada y visible a medida que se convertía en la mujer de 31 años que es hoy.

"Nunca he tenido sobrepeso. Pero incluso de adolescente, con una talla XS, tenía mucha celulitis. Mi madre siempre me decía que era genético. Ella la ha tenido toda su vida, su hermana también, su madre la tenía, y probablemente todas las generaciones de mujeres de nuestra familia", recuerda.

Pero aunque la celulitis es común entre las mujeres -de hecho, el 80% de ellas tienen cierto grado de piel de naranja-, puede afectar gravemente a la confianza de una mujer.

"Me llamaban piernas de pollo".

"Recuerdo que de adolescente me negaba a llevar pantalones cortos en educación física y mis compañeros de clase  se metían conmigo. Me llamaban 'piernas de pollo' porque tenía los muslos muy delgados y con hoyuelos.

Lloraba en el baño de chicas cada vez que salía de educación física. Eso seguramente afectó mucho a mi autoestima.

Incluso cuando salí de la adolescencia, odiaba el aspecto de mis piernas. Podías ver los hoyuelos a través de unos pantalones más claros, y si me mirabas los muslos desnudos, pensarías que tenía diez, si no veinte, años más".

"Estaba tan insegura que ni siquiera dejaba que mi novio me viera los muslos descubiertos". 

La celulitis de Sandra afectaba mucho a su vida cotidiana, y no sólo en los meses más cálidos.

"Nunca llevaba pantalones cortos, ni vestidos, ni pantalones blancos, ni telas transparentes, y siempre llevaba un pareo sobre el bañador.

Pensaba mucho en cada prenda que me ponía, asegurándome de que mis muslos estuvieran cubiertos todo el año.

Estaba tan acomplejada que ni siquiera dejé que mi novio me viera los muslos descubiertos durante meses después de que empezáramos a salir".

"Simplemente no entendía qué estaba haciendo mal". 

"Mi madre estaba convencida de que no podía hacer nada. Pero lo probé literalmente todo.

Desde cremas anticelulíticas hasta exfoliantes, sueros, cepillados en seco, duchas de agua fría y caliente y envolverme en film transparente. Nada funcionó.

Y no es que me pase el día tumbada en el sofá comiendo patatas fritas, sino que soy bastante activa e intento comer sano. Simplemente no entendía qué estaba haciendo mal.

"Había oído hablar muy bien de ella a muchas de sus compañeras de trabajo, y los productos tenían muy buenas reseñas".

Entonces mi amiga empezó a trabajar en Slimmium, y como sabía que mi celulitis era una de mis mayores inseguridades, me recomendó el paquete Deshinchar y tonificar - Adiós, celulitis.

Al parecer, había oído hablar muy bien de él a muchas de sus compañeras de trabajo, y los productos tenían muy buenos comentarios. Así que pensé que no estaría de más probar otra cosa".

"Noté una diferencia significativa en cuestión de semanas". 

Sandra utilizó el paquete Deshinchar y tonificar - Adiós, celulitis durante un mes. Un sobre de bebida WaterOut XXL para eliminar las toxinas y el exceso de líquidos, y una cápsula de Cellulite Attack al día para reforzar las fibras de elastina y colágeno, mejorar la microcirculación y reducir la celulitis.

"Esto no se parecía a nada que hubiera probado antes. Noté una diferencia significativa en cuestión de semanas: mi piel se sentía más firme y lisa.

Inmediatamente pedí dos paquetes más, uno para mí y otro para mi madre.

Ahora, las dos somos usarias fieles: todos los años, antes de que empiece el verano, pedimos el paquete, y realmente sentimos que marca una gran diferencia.

Tal vez hayamos encontrado una forma de combatir los factores genéticos o es simplemente la combinación adecuada de ingredientes lo que funciona. Sea lo que sea, ¡es lo mejor que hemos probado!