5 verdades oscuras sobre las inyecciones para adelgazar

Hay una tendencia de pérdida de peso en las redes sociales que está dando mucho que hablar. Inyecciones para adelgazar. Lo entendemos: la pérdida de peso es un proceso largo que requiere disciplina y constancia, mientras que estas inyecciones prometen una solución rápida y fácil. Pero, ¿realmente lo cumplen?

Antes de que te subas al carro, permítenos recordarte que no todo lo que brilla es oro. De hecho, la verdad tras las inyecciones para adelgazar es mucho, mucho más oscura. En este artículo, profundizamos en los peligros ocultos de las inyecciones para adelgazar y ofrecemos alternativas más seguras.

¿Cómo funcionan las inyecciones para adelgazar?

Su función principal es mantener equilibrados los niveles de azúcar en sangre. Al hacerlo, las inyecciones evitan los antojos y el comer en exceso, lo que facilita seguir una dieta baja en calorías y controlar el peso.  

Las inyecciones para adelgazar también están diseñadas para imitar la función de las hormonas del cuerpo. Concretamente, la que envía señales al cerebro cuando estás lleno. Esto te ayuda a controlar el tamaño de las raciones y a comer menos calorías.

Cinco aspectos de las inyecciones para adelgazar de los que nadie habla

Por muy atractivas que suenen estas inyecciones, es importante tener precaución e informarse bien. Bajo sus seductoras promesas, existen numerosos inconvenientes que probablemente te harán replantearte su uso. 

1. No basta con usarlas una vez

Algunas inyecciones deben tomarse semanalmente, mientras que otras requieren una administración diaria. Además, una vez que dejes de usarlas, el peso volverá a subir. Esto las hace muy incómodas, sobre todo si no te gustan las agujas.  

2. No están aprobadas para perder peso 

Las inyecciones para adelgazar están pensadas originalmente con fines médicos para aquellas personas cuyo organismo no puede regular correctamente los niveles de azúcar en sangre. Su impacto a largo plazo en la población sana no está bien estudiado y sigue siendo desconocido. 

3. No son baratas

Las inyecciones pueden ser muy caras: ¡un suministro anual cuesta hasta 3000 euros! ¡Imagínate pagar esa cantidad cada año durante el resto de tu vida!

4. Tienen efectos secundarios terribles 

Además de la posibilidad de infección en el lugar de la inyección, hay muchos efectos secundarios indeseables del propio fármaco. Desde flacidez y envejecimiento de la piel del rostro hasta náuseas, vómitos y calambres estomacales. 

5. No son un medicamento milagroso 

Puedes pensar que estas inyecciones para adelgazar harán maravillas, pero se tarda mucho tiempo en notar resultados significativos. Los individuos perdieron alrededor del 5**% de su peso corporal en 6 meses, lo que significa que una persona de 100 kg perdería sólo 5 kg en 6 meses. Realmente no es tan impresionante.

Una forma más segura de conseguir los mismos resultados de pérdida de peso, ¡o incluso mejores!